Es muy común no prepararnos para una entrevista de trabajo, por lo general el 57% de las personas que buscan empleo no lo hacen.
Lo peor es que vamos a la entrevista de trabajo a jugar a la “ruleta rusa laboral”, es decir que todo lo dejamos a la suerte y rezando que no nos pregunten cuestiones personales como
¿por qué debo contratarte a ti y no a otra persona? o en su nueva modalidad ¿por qué crees que eres el candidato(a) ideal?… lo primero que pasa es que nos quedamos fríos y se nos viene el mundo encima contestando lo primero que nos viene a la mente.
Desafortunadamente cuando improvisamos las cosas salen mal.
Para todas estas preguntas lo mejor y lo que siempre sugerimos es que un día previo a la entrevista nos dediquemos un par de horas para realizar un trabajo de “autoreflexión” y comenzando por contestar las siguientes preguntas:
¿Cuáles son mis cualidades y valores que he detectado y otras personas me han dicho?
¿Qué es lo que más disfruto de mi trabajo? y para reafirmar ¿Qué trabajo realizaría gratis y no me importaría?
Aquí descubriremos cuál es nuestra magia e identificaremos nuestras fortalezas. Además, para aumentar nuestra seguridad ante cualquier reclutador, debemos comenzar a creernos todas esas cualidades y valores.
Es muy importante hacer una lista de ellas y colocarlas en un lugar donde las observemos constantemente; puedes desde usarla como fondo de pantalla de tu computadora hasta colocarla en el espejo o el refri.
El siguiente paso será leer nuestro currículum y además de revisar la forma, vamos a concentrarnos en nuestras experiencias pasadas identificando todo aquello que mejoramos desde el primer día que estuvimos trabajando hasta el último.
Es un ejercicio muy sencillo ya que mientras cerramos los ojos y comenzamos a ver una película desde que nos presentaron, llegamos a nuestro lugar de trabajo hasta que salimos de la empresa estaremos viendo todo lo que logramos.
Cualquier detalle es importante porque cuando abras tus ojos, vas a ir por un papel y los escribirás haciendo una lista de logros.
Para finalizar, identifica de tus fortalezas y logros que te hacen único(a), para que identifiquemos nuestros diferenciadores o, como dicen en marketing, para que descubramos nuestras ventajas competitivas, ya que serán las espadas que utilizaremos al momento de la entrevista de trabajo.
Al principio puede costar un poco de esfuerzo ya que no es fácil saber cómo somos. Sin embargo, con perseverancia y tranquilidad lo lograrás.
Siempre es mejor hacer ese ejercicio en la comodidad de tu hogar que en presencia de un reclutador y con un componente de estrés por la respuesta.
Lo que si te garantizo es que al finalizar el ejercicio obtendrás muchos argumentos para contestar la pregunta de ¿Por qué debo de contratarte a ti?
Recuerda que «Debido a que no eres igual que otro ser humano, tu eres incomparable».- Brenda Ueland.